Yo también era un chico que coleccionaba tebeos (I)

Creo que todos los que hemos podido leer el libro de Julián M. Clemente y Helio Mira nos hemos sentido identificados de una forma u otra con la historia que nos narran y, al igual que hace Alejandro Viturtia y muchos de vosotros en comentarios y demás foros, ahora yo voy a contar como fue aquella época para mi.

En mi casa no íbamos sobrados de pasta como Roberto y tampoco tenía una "paga" semanal como Nicolás o Justo Manuel, pero mi padre era una persona muy justa y yo el típico asquerosillo que saca todo Sobresaliente en el colegio, de modo que (hasta cierto punto) me permitía algún capricho de vez en cuando. Esos caprichos principalmente se basaban en comprar tebeos o almenos eso era lo único que quería desde que mi padre me comprase aquel número de Superman de Ediciones Zinco en la playa. Una vez en Lleida descubrí que a 100 metros de casa, en el kiosko de la Señora Lourdes podía encontrar colecciones de tebeos de Zinco en grapa. Curiosamente, y de eso me doy cuenta ahora que he leído "Los chicos que coleccionaban tebeos", no llegaba nada de Forum. En ese momento a mi me daba igual, veía Spiderman por la tele y leía Superman y DC que era lo que yo quería, no conocía (y no sabía lo que me perdía) ni los tebeos de Los Vengadores, ni los del Capitán América, ni nada de Marvel.

Sin embargo, no todo lo podía encontrar en el kiosko de la Sra. Lourdes, y es que me di cuenta leyendo el final de los tebeos de Superman de la cantidad de publicaciones que sacaba Zinco por entonces. ¿Pero cómo conseguirlo? Además, aquello valía un pastón. Pronto descubrí que en otro kiosko del barrio vendían Green Lantern y Batman. En principio no salía mucho de dichos personajes hasta que descubrí Crisis en Tierras Infinitas en un kiosko en Roses (Girona), algo que ya os he contado hace poco AQUÍ. Mientras tanto, no siempre llegaban todos los números y encima empezaron a salir los dichosos retapados o recopilatorios de Zinco, como queráis llamarlos, que me obligaban a comprarlos para poder tener los números intermedios que me faltaban, y es que por entonces lo flipaba mucho con los Titanes, el Super de Byrne y el Batman de Adams.

Ahora bien, hay algo que no os he contado y es uno de mis pequeños secretos, de esos secretos que me permitieron llegar a conseguir incluso tebeos como el del Coche Fantástico (maldito el dia en que lo perdí) o poderme leer de cabo a rabo y de un tirón El Guerrero del Antifaz. Veréis, mi familia subsistía gracias a dos negocio: un bar y el mercado ambulante. Exacto, éramos vendedores ambulantes. En un principio vendíamos menaje cocina y demás y terminamos siendo (hasta la muerte de mi padre) una parada de las de Todo a 100. Esto para mi suponía un problema, y es que tenía que ayudar y ganarme mis tebeos como chico responsable, pero por otro lado suponía una ventaja: y es que al mes visitábamos almenos una quincena de pueblos diferentes, todos y cada uno de ellos con kioskos. De ese modo, cada vez que podía, me escapaba en busca del kiosko del pueblo a ver qué tebeos tenían y que me reservaran para la próxima vez; no había ningún problema, era el "hijo de los del mercadillo", y además buen cliente y fiable. Es más, me volvía loco (para bien) cada vez que me decían que íbamos a probar un pueblo nuevo porque eso significaba que quizá hubiera algún kiosko con alguna colección que no conocía. Y así fue. 


Recuerdo exactamente el día y el lugar, un miércoles en Mequinenza (Zaragoza), era la primera vez que hacía ese mercado así que me aventuré a eso de las 9, cuando ya habíamos montado la paradeta, a buscar el kiosko del pueblo. Lo encontré, escondido, pero lo encontré, era muy pequeño y sólo tenía dos tebeos: el supergoofy (que ya lo conocía y me volvía loco) y ¡un tebeo sobre el coche fantástico! ¡Flipa! Y encima era uno con la aparición de un coche rosa que era la novia de Kitt ¡Toma-ya! Jejeje, os parecerá ridículo pero a mi entonces me pareció la hostia. Sólo deciros que perdí el tebeo pero que hace un tiempecillo nuestro compañero Antonio Hidalgo de Es La Hora de Las Tortas me pasó un enlace para poder conseguirlo de nuevo. ¡Gracias!


Continuará...

Los chicos que coleccionaban tebeos

Resulta que han escrito un libro sobre mi adolescencia cuando comencé a coleccionar tebeos y no lo sabía... O almenos esa es la sensación que te deja el libro "Los chicos que coleccionaban tebeos" de Julian M. Clemente y Helio Mira. ¡Imaginad lo que supone para un nostálgico como yo!

Y es que el libro nos narra las aventuras y desventuras de cuatro jovenzuelos que lo único que quieren es coleccionar tebeos: seguir nuevas colecciones, conocer nuevos personajes, encontrar números atrasados, etc... Hoy en día nos puede parecer algo simple, pero estamos hablando de 1986, una época en la que en muchas ciudades las librerías especializadas eran un mito, el Vahalla, el Edén y el Dorado todo en uno. Una época donde podías comprar tebeos en los kioskos pero no todos los tebeos y no en todos los kioskos. Una época donde tu paga no te daba para más y debías decidir qué colección seguir y cual no (bueno, eso también pasa ahora), y donde era importante que un amigo te dejase sus tebeos, y tu a él los suyos. 

Todo eso y más son "Los chicos que coleccionaban tebeos", un libro con el que os váis a sentir identificados hasta el punto de que el narrador os va a parecer que sóis vosotros mismos si, al igual que muchos, os dedicábais a coleccionar tebeos en aquella época. Si, por el contrario, no es vuestro caso, da igual porque es una oportunidad de lujo para conocer la edad de la inocencia,  la edad de la primera vez y la edad en que los tebeos nos ponían los ojos como platos y lo díficil que era seguir una serie, y más cuando aparecían nuevos personajes que te atrapaban. Lo mismo sucedió en su momento con el manga así que es un libro apto para todos los públicos y gustos.

Julián M. Clemente y Helio Mira han conseguido algo increíble y es que te sientas protagonista absoluto de una historia que es la de cientos de niños, mirar atrás y recordar ese primer amor en papel y en formato grapa, que cojas el teléfono y llames a un amigo para recordar viejos tiempos, que recuerdes por qué te gustan tanto los tebeos pero, sobre todo sobre todo, que sepas que no estabas solo, ni antes ni ahora. "Los chicos que coleccionaban tebeos" es una lectura, no recomendada, OBLIGATORIA, que os aseguro que no se convertirá en "lectura de mesita de noche" ya que la devoraréis sin tregua alguna. 

Ah, y por si fuera poco, encima han tenido a bien recopilar un porrón de fotos sobre aquella época en un tumblr que os aseguro ha conseguido que me emocione en más de una ocasión:

http://loschicosquecoleccionabantebeos.tumblr.com/

PD: mañana os cuento como yo también era un chico que coleccionaba tebeos :)

 


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