PEKÍN EXPRESS, cuando deseas la aventura por encima de todo

Mañana finaliza la cuarta temporada de Pekín Express: Aventura en África y, sea quien sea el ganador, me temo que no va a estar exento de controversia. Mil y una teorías serán expuestas, desde el tongo hasta el favoritismo, pasando por la suerte y, puede, que incluso por el mérito propio de los concursantes. Independientemente de ello lo voy a ver y lo voy a disfrutar como cada año, con el corazón en un puño y unas ganas tremendas de pasar por las mismas penurias y aventuras que los participantes. Y es que Pekín Express es el único programa de la televisión al que, muy a pesar de opiniones en contra, me he presentado con toda mi alma a los castings, dos veces.

Quien me conoce sabe que soy seguidor de los denominados "programas basura": Sálvame, Sálvame Deluxe, DEC, El Hormiguero... ah no, este último no. Sin embargo hace tiempo que no lo soy de los realities y, aunque se considere a Pekín Express uno de ellos, no estoy de acuerdo en absoluto. No quiero entrar en discusiones varias pero, desde mi punto de vista, prefiero calificarlo de programa de aventuras. Tampoco entraré a valorar los diferentes presentadores o demás rumores, porque es entonces cuando perdemos lo que es la "esencia" del programa.

Pekín Express es una carrera donde 10 parejas (padres e hijos, hermanos, desconocidos, etc...) deben realizar travesías de más de 10.000 kilómetros durante 45 días, en 13 etapas, y contando tan sólo con lo puesto y un euro al día por persona. Casi ná. Los concursantes deben competir entre ellos con tal de llegar los primeros a la meta, y ese debe ser su objtivo ya que la última pareja en hacerlo será eliminada. No sólo han de superar las pruebas que les pone el programa sino que deberán atravesar países enteros donde, normalmente, se hablan lenguas no comunes y el inglés escasea, sobre todo el de los concursantes jejeje. Así pues deberán superar, en el día a día, costumbres tan simples como encontrar comida o un techo bajo el que dormir si no lo quieres hacer al raso. Por si fuera poco el resto de parejas no te lo van a poner fácil en cuanto a competición se refiere, ya que debes conseguir el transporte mediante tu labia o súplicas. Pasas frío, calor, hambre, humedad, sequía..etc. y ahí es cuando me preguntan ¿Porqué quieres ir a Pekín Express?


Es difícil de explicar. Hay un motivo y cientos a la vez. Todos aquellos que cada año llamamos al casting no sabríamos explicarlo de otra manera pero, en mi caso, es más una confirmación que un reto. Se trata de ir y hacerlo, y así poder decir ¿ves? Soy capaz. Pero no a nadie en concreto, sólo a ti mismo. La gente no va a Pekín Express por el premio economíco que, a pesar de ser pequeño, sí es cierto que es un aliciente en la última etapa, pero el hecho de ganar lo es todo. No por haber superado a las otras parejas, que va, sino por el mero gozo de anunciar a los cuatro vientos que has sido capaz de recorrer más de 10.000 km en esas condiciones.

Dicen que Pekín Express no hay que verlo, hay que vivirlo. Yo ahora os digo que, para mí, es muy difícil definir con palabras el cúmulo de emociones que siento viendo un concurso de aventuras donde aprendes incluso cultura de otros países, donde la gente saca lo peor y lo mejor de si mismo, donde la competición lo es todo pero también la generosidad. Probablemente os parecerá exagerado que dos horas de la caja tonta me parezcan tan importantes cuando incluso hay rumores de tongo y se pierden en las discusiones tanto o más que en las reconciliaciones. Pero lo que no sabéis es lo que hay detrás, las ganas de superación que implica y la complicidad que se genera desde tu sofá hacia los concursantes, así como las ganas de viajas y lo maravilloso de disfrutar de tan maravillosos paisajes y culturas. Y ya no os digo nada de lo bien que me lo pasé con mi compañera de trabajo en los castings, dos aventuras inolvidables que nunca nos cansaremos de contar, y eso que no fuimos ni seleccionados.

Como decía, mañana finaliza Pekín Express, con la certeza de que no habrá una quinta temporada para nosotros y a la espera de un "All Star" con famosos, algo que en mi opinión rompería la esencia del programa. Pero nunca es tarde porque es la era de la información y de la comunicación. Una era donde tenemos a nuestra disposición todos y cada uno de los programas de estas cuatro grandes rutas en las que os esperan risas, llantos, emoción, suspense, carreras y lo mejor y lo peor del ser humano.

Vuestra es la elección, pero siempre nos andamos quejando de algo "decente" que ver en la pequeña pantalla. Es cierto, Pekín Express no hay que verlo, hay que vivirlo.


PD: Ah y mi compi y yo no nos rendimos nunca, si hace falta nos iremos presentando hasta que incluso alcancemos la categoría de más de 50 años :)




2 comentarios:

IvánN Díaz dijo...

No hay que desesperar! Tal vez hagan más ediciones!

DANIEL MAINÉ dijo...

La verdad que hoy día con tanta gente que se queja de la telebasura, es irónico, que al surgir un programa tan brutalmente entretenido como Pekin Express, pase con tan baja audiencia. Yo personalmente creo que es de lo mejor de la televisión actual y si, es toda una pena que hagan un "all stars" cuando esta claro que mola mas sin ese "empuje mediatico". (... ahora que iba yo a animarme a ir a los castings...)

 


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